08 Oct
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La complejidad de una relación homosexual en nuestros tiempos, donde es fácil acceder, conocer y salir con gente, es demostrada de una forma realista pero divertida en la puesta en escena del director Carlos Talancón, el cual nos cuenta una historia con su guion que fácilmente podría ser un drama es lo contrario, destacando el uso de tabúes de los bajos mundos de la sociedad desde el último vagón hasta los lugares de encuentros dentro del ambiente LGBTL+ en la ciudad.

Irving es un oficinista (Godínez), arriba de los 35 años que disfruta de una estabilidad económica y emocional, teniendo encuentros discretos con hombres, los cuales no afecten su estilo de vida o su trabajo, ya que desea un perfil bajo, por las costumbres que fue educo y sentirse excluido de la sociedad.

Hasta que un día conoce a Juan, un lindo joven de apenas 20 años que trabajaba para su primera exposición de arte y en un callcenter y vive con su madre soltera.

Este encuentro desataría una relación acelerada, donde después de un mes dejaría su vida atrás para irse a vivir a un pueblo en Canadá; dejando aún lado su empleo bien pagado, gastando sus ahorros y dejando todo para iniciar una nueva vida con él. Pero no todo es fácil o un cuento de hadas así que todo empieza a salir mal, donde cada uno tendrá que confrontar sus decisiones tomadas y empezar a vivir su calvario.

Con un escenario muy sencillo, pero un guion fuerte y preciso, del cual el director Sebastián Sánchez Amunátegui sabe cómo trasladarlo al público de manera que te quedes deseando más, demostrando desde un principio que no será un cuento de amor y miel, sino un retrato de las relaciones impulsivas y sin límites.

Nuestro protagonista Martin Sacho (Juan), demuestra un lado muy versátil, que te hace encariñarte de él y no poder odiarlo, pese a todo lo que haga, entrando un papel de un joven frio, que solo busca divertirse y disfrutar la vida, tratando de que todo sea lo más fácil posible, sacando un provecho de las personas que lo rodeen y ocupando su mejor arma, su cuerpo.

Mientras José Ramón Berganza (Irving), te adentra en su personaje, un bohemio soñador en busca del amor y la estabilidad, resaltando su papel al máximo al punto de creer e identificarte con sus pensamientos, respecto al primer al amor incondicional y la falta de dignidad a la cual muchos han llegado por alguien.

Y la cereza de la obra es Milleth Gomez que si bien son pocas sus intervenciones durante la obra, es un papel muy icónico de nuestra sociedad una madre soltera, conservadora, que realiza comentarios tan comunes en la sociedad, además de pensamientos y clichés de la comunidad que es fácil reírte de lo que pueda decir, además que cada que realiza alguna acción en escena no podrás dejar de verla y disfrutarla.

Para todos los que busquen una historia realista de los límites y problemas de amor, es una buena opción, sin importar la sexualidad o genero te sabrás identificar, aunque es bueno decir que si hay escenas sexuales y contacto físico que tal vez algunos no comprenderán, pero si disfrutaran, además que son bien elaborados y nada obsceno, solo es la pasión del momento.

Dónde: Teatro Helénico (Av. Revolución 1500, col. Guadalupe Inn)
Cuándo: Martes a las 20:30 hrs (Hasta el 19 de Diciembre)
Cuánto: De $200 a $350 pesos.

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