El Doctor Dolittle está de vuelta en la pantalla grande y esta vez con Robert Downey Jr al mando para embarcarnos en una nueva aventura, acompañados por el icónico protagonista y sus fieles animales, con el fin de rescatar a la reina y a la vez preservar su hogar.
Después de perder a su mujer hace siete años, el excéntrico Dr. John Dolittle (Downey), un reputado doctor y veterinario de la Inglaterra victoriana, se encerró en sí mismo tras los muros de su mansión Dolittle con la única compañía de su colección de animales exóticos.
Pero cuando la joven reina cae gravemente enferma, Dolittle tendrá que dejar, muy a su pesar, su vida de ermitaño para embarcarse en una épica aventura a una mítica isla en busca de una cura, recuperando su sentido del humor y su coraje a medida que se cruza con viejos adversarios y mientras descubre maravillosas criaturas.
En su misión se le une una joven y autoproclamada aprendiz y una ruidosa y molesta corte de animales, que incluye a un inquieto gorila, un pato entusiasta pero algo tonto, un pendenciero dúo de cínicas avestruces, un alegre oso polar y un loro cabezota, que se convertirá en la consejera de máxima confianza de Dolittle.
Otro gran gran error es el exceso de name dropping en su elenco. Nombres como Marion Cotillard, Selena Gomez, Craig Robinson, Ralph Fiennes, John Cena, Kumail Nanjiani y Jason Mantsoukas, son sólo algunos de la larguísima lista de actores con un papel animal junto a RDJ que están de más, aportando poco o nada a la trama, ocupando tiempo en pantalla que bien podría haber sido utilizado para arreglar inconsistencias en el guión, mejores diálogos o darle el peso debido a personajes primordiales como Poly (Emma Thompson), Chee-Chee (Rami Malek), Dab-Dab (Octavia Spencer, en una muy buena imitaciòn de Tiffany Hadish, por cierto) y Jip (Tom Holland), primordiales y originales en la serie literaria.